Em primeiro lugar, a maioria deles encontrou formas associativas, corporativas, inicialmente espontâneas e depois, em muitos casos também, se criaram associações, como o Litteragris ou o Lev’Arte, algumas existindo já na prática antes da sua institucionalização, ou criação oficial, com data e documento. Esta espécie de autogestão do desespero, do desconhecimento e da partilha de inquietações estéticas e intelectuais, dinamizou surpreendentemente a sociedade literária angolana. Esses jovens organizavam sessões, quer de trova (e, portanto, de improviso), quer de declamação (quase sempre mais dramatizada que atenta aos ritmos dos versos), misturando-se ambas ou não em performances só por vezes programadas – quer, ainda, de esclarecimentos acerca de poesia, crítica, teoria, escrita, literatura, filosofia. Tais sessões, realizadas nos mais variados locais e ambientes, atraíram muita juventude, reavivando o interesse por literatura e poesia. Para tais jovens, as redes sociais constituíram oportunidade ímpar. Mesmo com acessos intermitentes à rede pública mundial, agora podiam ver respostas às suas dúvidas, completar uma formação deficiente, se não mesmo realizar, ab initio, uma formação literária no mínimo informada. Por elas – e graças à sua persistência – tiveram acesso a títulos famosos no mundo mas que não circularam em Angola, ou circularam só no período colonial. Por aí tomaram conhecimento da literatura universal, que lhes forneceu uma gama variada (embora aleatória) de recursos, procedimentos, efeitos e sugestões experimentadas depois em ‘quintal’, por assim dizer, em terreno próprio, local, em escrita, arte e lavra caseiras. As redes sociais e a curiosidade, juvenil ou permanente, permitiram-lhes também diálogos frutíferos com escritores e críticos mais velhos, angolanos e estrangeiros. Alguns desses diálogos redundaram em cursos de escrita criativa em linha (on line se preferem).
O legado surrealista, por exemplo, que foi rejeitado até muito tarde na nossa literatura, por ser adjetivado como alienante pela crítica partidária, contribuiu para a reformulação dos procedimentos caraterísticos destes jovens, injetando-lhes uma indisciplina metafórica produtiva e transicional. O concretismo também, adotado na sua face mais dura talvez – a da experimentação de segmentações morfológicas, ou mesmo arbitrárias e lúdicas, aliando a prática extremada da cesura…
https://www.academia.edu/42094737/Novos_angolanos_e_a_po%C3%A9tica_das_postagens
Marquita 50. (2018). As simetrias de Mulher. Luanda: Editora das letras
Gonzalo Retamal Sánchez gonzalosimon.retamal@gmail.com
Universidad de Playa Ancha, Chile
Desde la ciudad de Luanda, Angola, llega la obra poética de Cíntia Eliane Gonçalves André, As simetrias de Mulher, con el seudónimo de Marquita 50. La joven escritora es miembro co-fundador del Movimiento Litteragris y del Círculo Literario y Lingüístico Litteragris. Ha obtenido el primer lugar de fejetec como mejor obra literaria de 2018 y el segundo lugar del premio de poesía femenino “Um Bouquet de Rosas Para Ti” organizado por el Memorial António Agostinho Neto durante el 2018. En esta ocasión la presente obra poética relata de forma sucinta nuevas realidades desde lo femenino en la poesía angolana, caracterizada por un tono que hace preponderante el discurso como sujeto social visible revelando sus posibilidades dentro del mismo.
Sin embargo, podemos complementar que Marquita 50, desde la posición de sujeto social excluida, se percata así misma como un “otro” encerrado, encasillada y totalmente invisibilizada por la historia. As simetrias de Mulher está dividida en tres partes; en la primera la autora resalta ciertas imágenes poéticas muy potentes, que podemos englobar desde la posición de quien pone a los “ojos” como idea principal. Este órgano que cumple con la función de visión en los seres vivos es el punto conector de la primera parte de este libro.
Luego de veintisiete años de constante guerra civil (1975-2002) nos transportarnos a una Angola con dificultades políticas, históricas, económicas y sociales que se ven enfrentadas desde la poesía. Marquita 50, en un acto de confidencialidad, deja expresar al hablante
lírico como sujeto que se encuentra en las profundidades de la oscuridad social, implementando un discurso poético en sintonía con las problemáticas actuales. As simetrias de Mulher se estructura de una forma distinta a los usuales libros de poesía, ubicando el título del poema al final, lo cual invita a caminar por un sendero laberíntico que no concluye, dando paso a una historia hacia la claridad y el deseo de volver a la “Tierra Prometida”. Sin embargo, la autora comienza su libro con uno de los poemas cuyo título refleja el entramado de cuerdas que atan al hablante y por el cual trata de ir zafándose durante el transcurso. “Entre manos” apunta a un ser que no se define con conceptos, tales como “pura” o “virginal”, sino más bien a lo “transparente”, y que está en la plenitud de una realidad desecha, en donde reconoce el dolor no como percepción sensorial y subjetiva que desagrada, sino como un estado de contemplación de la realidad dolorosa. Y es en este estado cuando al observar se percata del intricado mundo que la rodea:
Como um ateu olhar
Atravesar místicos espelhosCidade reluz ente
A morte é corrida de cavalos
No silencioso chãoMulher transparente
Sentada em lágrimas
Joelhos de deusa radiosa
Plenitude carnal (Marquita 50, 2018: 22).
Tres importantes ideas circulan en este primer poema que presento y que nos abren la posibilidad de entender el contexto histórico de Marquita 50. Una ciudad luminosa impregnada de muertes en el silencioso suelo, espacio físico desolado, en donde está la mujer transparente, una mujer que, aunque se designa como una diosa radiosa y en su plenitud, está sentada en lágrimas. Nos cabe plantearnos entonces ante la idea de que la mujer consciente de la realidad está con una actitud serena y digna. Los ojos que absorben el mundo próximo siguen teniendo predominancia en el libro; dice el poema “Desceperança”, que los “olhos devoram fios de navalhas” (pp. 28), siendo esta una de las tantas formas de representar las complejas relaciones sociales que percibe, transformando la realidad en poesía continua, como en la siguiente estrofa: “borboletas em alvoroços / queimam casulos” (pp. 28). Sin embargo, la tonalidad de los poemas abarcará otro espacio en donde los ojos, quizá saturados, están ciegos. Cabe precisar que esta ceguera no involucra una negación del presente, sino que, desde la oscuridad, va sintiendo los pulsos con incluso con mayor plenitud de la que una visibilidad clara puede dar.